Duane Hanson - Hiperrrrrealismo social


Con cinco erres. Un hiperrealismo doloroso. Tan Hiper que hasta hace daño al realismo. Tan hiperreal es el brusco despertar del sueño americano que insinúan las derrotadas caras de las esculturas como hiperreal era el sufrimiento que suponía ser modelo para una de ellas. Duane Hanson (1925-1996) escogía a una persona que se tenía que depilar de arriba a abajo. Les cubría de vaselina, envolvía el pelo en cinta adhesiva y les hacía el molde. Al quitarles el molde muchos se desmayaban de dolor.

Pretendió, mediante la recreación de seres “reales”, de personas cotidianas desarrollando vulgares actividades, denunciar la ficción de la filosofía norteamericana. De una realidad tan ficticia que no es de carne y hueso, sino de poliéster.

Hanson está considerado como uno de los padres de esta corriente escultórica (que tan de moda está gracias a Ron Mueck). Comenzó su andadura artística sin sutilidades. La muestra de la Fundación Canal en Madrid (hasta el 24 de agosto) muestra alguna pieza de esos años; “Basura” o “Aborto” son una crítica directa y poco velada sobre la inhumanidad de la sociedad. Con el tiempo su obra fue evolucionando hacia una subversión moral mucho más tamizada. Tan solo las expresiones de sus figurantes pueden traslucir el significado de su trabajo.

Sus esculturas se hicieron famosas a partir de finales de los 80. Obreros, señoras de la limpieza, policías, ciudadanos realizando labores rutinarias…es la sublimación del hombre corriente. Con una estética que tiene sus antecedentes en el origen de los tiempos (la de imitar la realidad), pero con un objetivo bien distinto al de aquellas estatuas griegas cuyas marmóreas venas parecen latir o a las tallas cristianas vestidas con ropa de verdad y dotadas de pelo natural. Son las inmortales víctimas del volcán Vesubio; es la lava de la incomprensión y las cenizas del sinsentido existencial las que los han petrificado para siempre. No encontraremos en esa iconografía milenaria el gesto que sí hallamos en estas; esa mirada al vacío exterior, o al contrario; esa vista fijada en la saturación interior. Algo o alguien que hace que esa gente común pierda el hilo de la consciencia y se queden absortos. El espectador no puede más que ponerse a hacer un análisis hiperrealista para intentar encontrar las claves de esa alienación; ejemplos:

- “El Almuerzo”; uno de los obreros esconde en la mano un papel doblado. (¿la carta de despido? ¿la subida del gasóleo? ¿la paga mensual?)

- “Pareja de ancianos en un banco”; el reloj del hombre marca las 14:21:10 y el de la mujer las 14:21:30. (¿sus vidas no están sincronizadas?)

- “Estudiante de instituto”; carga con un libro; “Los principios de la gestión de finanzas”. (¡No entiendo una palabra del libro! ¿Cuáles son los principios de la gestión vital?)

- “Hombre con cortacésped”; se le acaba de terminar la cerveza. (¿debo dejar el alcohol? ¿la cerveza me hace más feliz?)

En definitiva, gente abstraída que se pregunta por su existencia. No caigamos en el error de pensar que la pérdida del norte en esta hiperconsumista e hiperartificial vida es exclusiva de los estadounidenses. Yo mismo, y eso que me abstraigo con gran facilidad, confundí a los espectadores de la expo con esculturas de Hanson; pero es que… ¿No estamos todos hechos de poliéster?

Leer más...