Nico Munuera - Xuwan y No Flags


Dos galerías y un destino: ofrecer desde dos perspectivas distintas las últimas obras de Nico Munuera (1974). De las paredes de la Max Estrella cuelgan acrílicos sobre tela, que se basan en la línea vertical y en el contraste cromático. Todos englobados bajo el breve pero certero título No Flags, que corrige a aquellos que identifican esas franjas de color con las banderas de Italia, Francia o Bélgica. Aunque sean una versión de las enseñas de varios países, Nico representa el símbolo de una no-nación, de un no-universo, que es al fin y al cabo, lo que es el arte abstracto, un no-mundo.

Muchos señalan como relevante el viraje en la obra de Munuera, acostumbrado a la línea horizontal. Un giro que en mi opinión es de 360º; el cambio verdadero es más sutil y no se refiere al alzamiento de las líneas; es más de origen interno.

Las franjas que descienden son un ejercicio visual que parten de un planteamiento sereno, sin mayor pretensión que la de liberar la mente de inoportunos habitantes y acallar las voces que nos dictan la rutina. Igualmente hay que acudir predispuesto a la Galería La Caja Negra. También en este caso añade información el nombre de la exhibición, Xuwan, o “mano vacía”, que alude al estado ideal de la mano para poder pintar. La influencia oriental es obvia en sus dibujos y grabados, así como la ausencia de cualquier referencia figurativa. En Xuwan además muestra unas impresiones digitales, Lies, que son algo así como pruebas previas de color o muestreos que carecen totalmente de interés.

Ambas exposiciones coinciden en diversos dogmas; la desaparición de cualquier huella de la pincelada, y la impalpable insinuación de texturas dentro de la obra. El dominio técnico de Munuera es manifiesto.

En definitiva, una muestra coherente y completa que exige mucho al espectador. Las obras no van al abordaje ni lanzan destellos con luces de neón; el visitante ha de esforzarse para invadir un territorio ilusorio. Yo, que cuando visité las galerías andaba con la cabeza a pájaros, me aburrí como una ostra gallega.

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