Entrevista a Manuela Mena. Comisaria de la exposición "Goya en tiempos de Guerra"

Manuela Mena es la comisaria de 'Goya en tiempos de guerra' y Jefe de Conservación del siglo XVIII y Goya en el Museo del Prado. Hemos conversado con la responsable de esta muestra sobre esta magnífica nueva visión de la obra del pintor zaragozano. Una nueva oportunidad ofrecida a los espectadores para entender a un pintor técnicamente precursor de estilos (su pastosa y matérica pincelada, así como el pretendido descuidado en la exactitud de los detalles le sitúan como antecesor del impresionismo) y conceptualmente, iniciador de corrientes (como el romanticismo). Es considerado por su independencia y su visión de la realidad, el primer pintor moderno.Es difícil a estas alturas descubrir algo nuevo en la muy estudiada obra de Goya, pero gracias al trabajo realizado en esta exposición... ¿Hay alguna conclusión relevante? para el espectador que acude a la exhibición, ¿qué puede sacar del enfoque bajo el que se ha organizado la muestra?

Goya ha sido muy estudiado, pero los estudios del siglo XIX y principios del XX adolecen de la falta de rigor histórico-artístico de ese período de la historiografía española. Un toque romántico por un lado y profundamente nacionalista, en el peor sentido del término, han determinado que se tenga una visión sesgada de Goya, como hombre y como artista. Por ello, toda exposición preparada desde el rigor, de la relectura de la documentación y de la Historia, determina un mejor conocimiento del artista e ir desterrando los tópicos sobre su figura. Para el visitante interesado en arte se abre la posibilidad de entender que Goya pintó de igual modo, es decir con la excelencia de su arte, para todos los Señores de su tiempo, Carlos IV, Godoy, Fernando VII, José Bonaparte, Wellington, etc. Por otro lado, sorprenderán los ejemplos magníficos de pintura religiosa, ya que se tiene la idea generalizada de que era un descreído y de que su pintura religiosa era de peor calidad. En las fichas del catálogo es muy numerosa la nueva información, de interpretación y de datos concretos que se ha derivado de esta exposición y de la investigación llevada a cabo.

Sin duda muchos de los visitantes han acudido a la salas motivados o influidos por la fecha de la conmemoración del 2 de mayo... ¿qué la parece la relación que han querido establecer algunos (en su mayoría políticos) entre la exaltación del sentimiento patriota y los cuadros de Goya? ¿No cree que se han saltado el hecho de que Goya critica la brutalidad de ambos bandos?

Si, eso es cierto. Nosotros desde el Prado no entramos en las diferentes explicaciones históricas que dan unos u otros, según el signo político de cada uno en la actualidad. Desde el Museo sólo nos interesa estudiar en profundidad a un artista, en este caso Goya, para entender de qué forma se aproximó el a los hechos de su tiempo.

¿Cree que realmente mostró imparcialidad en sus cuadros y grabados, o se desliza en algún momento ciertas simpatías?

La palabra no es imparcialidad o parcialidad, sino objetividad. Si ponemos como ejemplo la Tauromaquia, creo que los únicos que salen bien parados son los toros, a los que presenta poderosos, nobles e irracionales por naturaleza, mientras que sus atacantes son muchos, brutales y crueles.


Algunos muestran a Goya como un artista mercenario, al retratar también a integrantes del gobierno afrancesado... ¿Dio muestras Goya de no tener un código 'ético'?


Goya era un pintor de su tiempo, algo que no tiene nada que ver con los artistas de ahora. Era desde muy joven un funcionario de Palacio, al servicio real. En esa condición su situación social no era muy superior a la de los bordadores, grabadores, y otros oficios de la corte. Su puesto de Primer Pintor de Cámara, que compartió con Maella, por ejemplo, indica que no era valorado por encima de otros. Tuvo siempre unas reglamentaciones muy estrictas, como todos los funcionarios. El cambio de dinastía no era una tragedia, era algo que estaba pasando en toda Europa, además. Los funcionarios juraron el nuevo Gobierno. La función de Goya era pintar lo que le pedían desde su puesto de Pintor de Cámara. Ese cargo era el escalón más elevado que se podía alcanzar, y no había muchas otras posibilidades de pintar fuera de la corte y los círculos de poder. Sirvió honradamente desde su puesto, como Moratín, por ejemplo, pero en su casa comenzó las series de dibujos y estampas, que revelaban sus propias ideas y sentimientos críticos.

¿Por qué Goya sigue fascinando a artistas actuales, como los hermanos Chapman? ¿Qué opina de la traviesa manipulación a la que someten sus 'Disparates' y 'Desastres de la guerra'?

No solo a los Chapman. Goya fascina a los pintores actuales, que ven en él muchos de los intereses estéticos y expresivos de ellos mismos. La belleza, entendida como perfección de la forma, de carácter renacentista, no tiene ya para el ningún sentido. No es la belleza lo que describe a los seres humanos, que es su interés máximo, por ello utiliza la fealdad, el expresionismo, para revelar la verdadera naturaleza de la Humanidad. A mi personalmente me encantan las travesuras de los Chapman. Su idea es que ni siquiera Goya es intocable, el arte puede demolerlo todo, incluido el arte mismo.

Por último, también su obra en tiempos de guerra es vista como una obra casi periodística, por su valor como crónica, pero... ¿realmente habría que darle ese valor? ¿Cree que sus trabajos son totalmente 'objetivos', o que hay cierta exageración de los hechos?

No, Goya no es un cronista, es un artista. En cada una de sus composiciones e imágenes no está relatando un hecho concreto o visto, sino que son todos la unión de muchos acontecimientos, unidos y reelaborados, para crear una imagen nueva, una recreación de la naturaleza, o de la realidad, pero no una copia de la misma. El cronista es una cosa, el artista otra, y Goya crea a la manera de los más grandes artistas del pasado, uniendo su conocimiento de la realidad, de los ejemplos del arte antiguo y de su propia imaginación, que es la capacidad más importante de un creador.
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"Goya en tiempos de guerra" - Museo del Prado

Hoy es jueves 1 de mayo del 2008. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón se hace paso entre una multitud compuesta por humanos (miembros de su partido, periodistas, simpatizantes) y artilugios diversos (cámaras de fotos, móviles, videocámaras). Todos expectantes de algún jocoso comentario sobre el estado de sitio en el que anda sumido el PP. El político medita las palabras que va a dirigir a la audiencia convocada en uno más de los numerosos actos organizados en torno al bicentenario del dos de mayo. Sin embargo, Gallardón decepciona a los asistentes y decide dirigirse, con doscientos años de diferencia, a un tal Francisco de Goya.No sabemos exactamente en qué estaría pensando su interlocutor, el artista español Goya (Fuendetodos, 1746 - Burdeos, 1828), el 1 de mayo de 1808. Seguramente se hallaría con el ceño fruncido y sin ganas de mirar por la ventana. Por eso decidió hablar, expresarse mejor, a través de sus obras. Goya en tiempos de guerra es una exposición que muestra los cuadros y grabados realizados por el zaragozano en aquellos días de furia y hambre.

La muestra que ofrece las salas del Museo del Prado ha agrupado las principales creaciones de Goya englobadas en cuatro bloques.

1794-1799

Goya es uno de los artistas que han hecho que yo me quiera dedicar a esto del arte. De pequeño me gustaba ojear los libros de la estantería de casa. Entre ellos, había una enciclopedia de arte. De sus láminas, las que más me impactaron fueron las pinturas negras de Goya. Años después visité el Prado, y tropezándome con los turistas, con la mirada pegada al plano del museo, caminaba intentado llegar cuanto antes a la sala que exhibía las obras de aquel período. Al fin llegué. La fascinación aumentó, así como un interrogante... ¿Quién pintó estas endemoniadas obras? ¿Qué clase de pensamientos podría tener el autor de este Saturno devorando a sus hijos?

Goya en tiempos de guerra responde de manera muda a mis cuestiones. Las enloquecidas y brutales pinturas negras son una evolución lógica de su obra, y su obra, una consecuencia de la convulsa época que le tocó vivir a un artista con una sensibilidad distinta.

En 1793 Goya regresa a Madrid tras recuperar un poco su frágil salud en Cádiz. La enfermedad le había dejado prácticamente sordo. Su estado personal y los acontecimientos históricos como la Revolución francesa o la ejecución de Luis XVI cambiaron la forma de ver el mundo al artista. Dio un giro a su arte y surgió en su imaginario una visión ácida y crítica hasta entonces velada. En su serie Los caprichos, por medio de metáforas fácilmente entendibles, denuncia la debilidad moral social y censura los vicios humanos de la gente de su tiempo.

Los acontecimientos históricos de aquellos años así como la forma de reaccionar de la sociedad ante las adversidades operaron en el artista una transformación; a partir de entonces crecerá su necesidad de crear al margen de los encargos para poder expresar su opinión y su reprensión ante lo que sucede a su alrededor.

Sus imágenes de locos, de brujas y de demonios marcan una ruptura con la corriente de sus años; La Ilustración; decisiva y visionaria es su sentencia; Los sueños de la razón producen monstruos, con la que cuestiona el exceso de racionalidad de los ilustrados y alude a un componente de la mente humana por entonces desconocido; el poder del inconsciente.

1800-1808

La historia evoluciona de manera abrupta y violenta. El ascenso al poder de Napoleón cambiará el destino de gran parte del mundo de manera definitiva. En España, el panorama no puede ser más desalentador; la guerra contra Inglaterra y la derrota de Trafalgar, que desencadenó el motín de Aranjuez y la posterior invasión napoleónica dividió a un país descontento con la realeza y que estaba pasando hambre. Para un artista en el que ya se había sembrado la semilla del compromiso moral y del ver más allá, todo este nuevo y desquiciante universo no hará sino reforzar su necesidad de gritar, de desenmascarar la verdad a través de los lienzos. Sin embargo, Goya no dejó nunca de ser bien considerado por la aristocracia, la nueva burguesía y la nobleza. Muchas veces los espectadores han infravalorado su trabajo de encargo. No reparan en la calidad y sobre todo, la ruptura que suponen sus retratos con respecto a los otros posados de la época. Goya, dentro de los límites que establece el retrato de una personalidad, usa la imaginación y la creatividad para introducir variaciones en el género. El estudio psicológico de sus retratados motiva el éxito de sus cuadros. Aumentan sus clientes; La Marquesa de Santa Cruz, los Condes de Fernán Núñez, La Condesa de Chinchón, Manuel Godoy, la Marquesa de Villafranca, Manuel García de la Prada, y desde luego, la familia real.

1808-1814

La Guerra de la Independencia sorprendió al artista en Palacio. Goya era el Primer pintor de cámara en la época de los borbones y lo seguiría siendo tras la irrupción de la invasión napoleónica en los salones españoles. José I le concedió la Orden Real de España y él correspondió retratando a varios miembros del gobierno afrancesado.

Además de este trabajo remunerado, Goya retomó su obra independiente; por supuesto, impregnada por las sensaciones que le provocó la guerra. Su amarga visión del conflicto que partiría para siempre al pueblo español quedó reflejada en su serie Los desastres de la guerra. Conoce los entresijos que iniciaron la maquinaría de la guerra, tiene contactos con ambos bandos y visita en primera línea las consecuencias de las brutales hostilidades. Y su testimonio artístico es neutral; el condena la violencia, el horror de aquella terrible época, y denuncia a ambos contendientes por igual, no toma partido. Doscientos años después la conmemoración de esta masacre coincide con el Día de la Comunidad de Madrid. En el atril continúa Gallardón , que persiste como le dejamos, ordenando sus apuntes para dirigirse a Goya de tú a tú. El día anterior estuvo dándole vueltas al discurso. Embebido por la proliferación de actos que homenajeaban a los héroes del levantamiento, pensó en redactar su disertación en castellano antiguo, utilizando el modo de hablar que seguramente usaría Don Francisco de Goya y Lucientes el mismo 2 de mayo de 1808. Como si el acercamiento en la jerga facilitara que su mensaje fuera captado por su lejano receptor. Tras meditarlo mucho tiempo, tomó una decisión. Alberto Ruiz Gallardón mueve los labios, se acerca al micrófono...

1814-1820

Los bodegones que realizó en la etapa anterior muestran cabezas de carneros, animales muertos, las señales de la matanza...todas las imágenes guardan un mensaje común; la muerte. Finaliza la guerra de la independencia y regresa Fernando VII del exilio. Se consuma la Constitución Liberal de 1812. Lo esperado, es decir, que tras la tempestad llegue la calma, no ocurre así. Más bien al contrario, los ánimos en España se asemejan a un ambiente previo a una guerra civil.

Goya, cuya febril actividad permanece ajena a la violencia histórica que se desarrollaba más allá de su taller, pinta cuadros de carácter religioso, como el solemne Última comunión de San José de Calasanz, una nueva serie en la que manifiesta su filosofía, totalmente contraria a la moralidad de sus coetáneos, Los Disparates, y una serie de temática novedosa; Tauromaquia, en la que de manera metafórica condena de nuevo la brutalidad del ser humano.

Y es en 1814, una vez alejado de los encargos del gobierno afrancesado, una vez finalizadas las hostilidades de la guerra, cuando Goya hace ejercicio de memoria y pinta dos enormes lienzos basados en el dos y el tres de mayo.

Ambas telas han sido restauradas para esta exposición. Han recuperado su color la sangre de los muertos y heridos que yacen en el suelo pisoteados por las bestias. El brillo de los ojos de las únicas miradas humanas, las únicas expresiones de perplejidad y de miedo de las escenas: las de los caballos. El nítido perfil de los soldados franceses situados en línea y ocultando su rostro, prestos a ejecutar a los retenidos; es una maquinaria anónima de matar. Han regresado las líneas, los fondos y los matices, pero puede que muchos sigan viendo estos dos cuadros de manera confusa y distorsionada.

Los asistentes a la convocatoria de Gallardón sonríen al orador que al fin verbaliza sus pensamientos. Pronuncia mientras se detiene democráticamente en la mirada de los asistentes. Realmente no se dirige a esos ojos, sino a los del pintor Goya;

"España os estará siempre agradecida por la inmortal lección y el testimonio que nos ofrecéis con estas pinturas. Y muy principalmente Madrid, donde habéis desarrollado arte tan excelso para gloria y orgullo de nuestra nación, tan expuesta entonces a caídas y vencimientos. Estoy seguro de que el espíritu animador de los trabajos del pintor acompañará los madrileños en la celebración del heroísmo y la lucha por la libertad, hace dos siglos, del pueblo madrileño".

El político se da media vuelta dirección a otro acto conmemorativo del 2 de mayo. La gente continúa aplaudiendo.
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Jon Mikel Euba - Condensing Velázquez


Galería Soledad Lorenzo, Madrid
Hace tres años un artista encontraba el desamparo en la sala dedicada a Velázquez en el Prado. Los cuadros del maestro del siglo XVI estaban dispuestos de una manera totalmente distinta a como estaban originalmente concebidos.En lugar de situarse varios metros por encima de las cabezas de los espectadores, los retratos ecuestres de la realeza se mostraban casi a ras de suelo, con lo que las variaciones ejercidas en su día para disponerlas en su espacio original (tales como añadido de trozos de lienzo, deformaciones en el tamaño, etc…), el Salón de Reinos, quedaban al descubierto ante la obscena mirada del pueblo llano. El dispositivo destinado a representar el poder quedaba anulado en la angosta sala del Museo del Prado. Sin embargo, el artista en cuestión no quedó decepcionado por la descubierta humanidad de los nobles, sino que surgió en él la necesidad de descomponer, deconstruir, penetrar y traspasar los óleos de Velázquez.
El artista víctima de esta obsesión es Jon Mikel Euba (Bilbao, 1967), que desde aquel aciago día de 2004 hasta hoy no ha parado de darle vueltas al asunto. Tantas que al final ha acabado un tanto mareado.
El punto inicial es interesante. No es el primer artista contemporáneo que queda subyugado por la imaginería de Velázquez (Picasso, Dalí) pero si el primero que lo hace desde un punto de vista conceptual. Euba descompone las imágenes en cubos. Posteriormente estos prismas acabarán encima de los personajes de los cuadros originales, ocultando prácticamente toda la figura, o incluso, en un alarde de compresión, los cubos se independizan y acaban formando la obra de manera autónoma. Lo que vemos es un resumen (de ahí lo de condensing) de todas las ocurrencias que han ido surgiendo en estos años a raíz de aquella visita; desde performance con caballos incluidos, pases de diapositivas, etc…Lo que en principio parecería un ataque de un cubista feroz contra el genio barroco es una recopilación de las conclusiones obtenidas. Posiblemente las anteriores experimentaciones, tomadas como proyectos asilados, serían más interesantes, pero la compilación de todas ellas, aparte de la sobredosis intelectual que te tienes que inyectar para entender algo, es un aburrimiento absoluto. Salí de la galería como el pobre Velázquez, con mi cerebro condensing.
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Internet kills the gallery star.- Entrevista a Miss Aniela


Miss Aniela es un producto surgido de la red de redes. Una chica de 21 años sin ningún currículo artístico cuya escuela su museo han sido los blog, flickr y los sitios web. La Galería Cámara Oscura de Madrid es consciente de que no puede ser ajeno a esta revolución en el arte (que también afecta a la música, al cine, y en breve a la literatura). Ha incorporado en su plantilla de artistas (muchos de ellos estarán como hidras) a esta joven inglesa surgida del espacio virtual. Miss Aniela realiza fotografías en las que la protagonista es siempre ella. Imágenes en las que aparece posando, muy atractiva, y en ocasiones multiplicada. En una estética similar a la de los anuncios publicitarios de ropa y una textura parecida a la de los lienzos de los maestros barrocos holandeses. Sin duda la técnica es impecable, y muchas de sus fotografías -digitalmente manipuladas- por su aire onírico y su carácter narrativo, son muy sugestivas. Otras no pasan de ser una evolución 2.0 de los postureos fotologeros.
Hablando con Aniela (solo una) en dos dimensiones y sin manipulación digital de por medio, me confesó sus impresiones acerca de su experiencia en la galería;
-¿Por qué siempre apareces tú en las fotografías?
-Realmente hay unas pocas razones, he pensado mucho sobre ello. Mi razón principal es que probablemente tengo más control sobre todas las cosas. No hay ningún compromiso, no dependo de otra gente. Especialmente porque la imagen soy yo misma, me convierto un poco como una espía. Es algo muy personal.
-¿Qué opinas de la diferencia entre ser vista en una galería o en Internet?
-Es muy extraño porque obviamente ves a gente mirando tu obra, pero en Internet hay millones de personas, aunque no las puedes ver. No son como personas reales, están simplemente mirando la pantalla. La gente que va a las galerías es muy poca, pero es muy interesante ver a la gente cara a cara, a veces no sabes muy bien que está pasando, quienes son…
-¿Crees que el espectador es diferente también?
-La gente en Internet están más tentados a insultar, yo me expongo a eso. Pero los que van a la galería vienen más expectantes, es agradable verlos mirando tus imágenes en la pared.
-¿Te sientes cómoda en el circuito del arte contemporáneo?
-Para mi todo esto es nuevo, no estoy acostumbrada. Mucha gente se acerca, revistas…Es extraño cuando eres entrevistada, porque el entrevistador crea noticias sobre ti, tienen mucho control sobre ti. Pero a veces es divertido, como ahora contigo.
-Tú trabajo ha adquirido importancia gracias a Internet. Existen voces que no son favorables de esta nueva manera de acceder al arte contemporáneo ¿Estás de acuerdo con ellas?
-La gente no quiere que Internet forme parte del arte contemporáneo. Creo que están un poco asustados, de la novedad, de este nuevo fenómeno en el que literalmente todos pueden exponer su trabajo.
Pues eso, susto…o muerte.
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El arquitecto guerrillero


En medio de la noche aparecen unos siniestros personajes en un parque sevillano. Encabezados por un tipo armado con una escalera, constituyen una especia de guerrilla urbana (mejor dicho, urbanística). En muy poco tiempo, tal y cómo estaba planeado, montan una especie de enorme crisálida en un árbol. ¿Qué es? Una solución habitable temporal unifamiliar. El tipo de la escalera, el cabecilla de la legión es, aunque no os lo creáis, un arquitecto.
Santiago Cirugeda (Sevilla, 1971) lleva muchos años subvirtiendo el orden innatural de lo establecido. Consciente como somos todos de la extendida corrupción urbanística imperante, la más que significativa pasividad de los políticos y la inacción de la mayoría de los afectados, ha tomado una decisión. Pensar en su oficio no como una oportunidad de hacerse rico y responder una duda ¿Para quién es la arquitectura? Respuesta; para jóvenes y no tan jóvenes que no pueden permitirse pagar un piso. Esto, que aunque parezca mentira es ya una proeza, es sólo el prólogo de su historia. Cirugeda pasó a la acción.
De pequeño le gustaba jugar en los columpios. Como en su Sevilla natal prácticamente no existían, se dedicó a recoger basura para transformarla en algo útil. Quizás fuese ese el germen de su rebeldía; yo me inclino a pensar que fue el golpe que se dio en la cabeza con el libro de Thoreau Desobediencia Civil.
Su forma de trabajar no es la de un arquitecto al uso -y al abuso-. En primer lugar, recorta los gastos de una construcción; materiales de deshecho, reciclados, basura. Mano de obra; voluntarios y en otros casos, el mismo inquilino es el constructor de su casa. El suelo (sin duda, lo más caro); aprovechamiento de vacíos legales y físicos (solares, descampados, azoteas) para el levantamiento de viviendas de carácter temporal.
Para saltarse las prohibiciones reglamentarias ha tenido que aprender de leyes tanto como de arquitectura. A pesar de las múltiples denuncias, hasta ahora no ha perdido ni un caso. Repudiado por casi todos sus colegas (¿se podrán reciclar arquitectos?), admirado por parte del circuito artístico por la originalidad y la calidad de sus propuestas, y desde luego, amado por los beneficiarios, este Quijote de la escuadra y el cartabón es todo un especulador. Especula con la utopía, con que haya personas que sigan sus pasos, con llamar la atención de los de arriba (los que tienen lo de abajo; el suelo), con cambiar la fisonomía de las ciudades y de la mente de los ciudadanos.
Un arquitecto comprometido (añádanse exclamaciones al gusto) que ya ha realizado un montón de proyectos; ha creado mobiliario urbano, columpios y zonas recreativas para niños con barreras de obras, y bancos hechos con pivotes. Casas que puede autoconstruir una sola persona en azoteas. Ha destruido carreteras inutilizadas recuperando terrenos naturales. También ha convertido en habitables contenedores industriales, transformado vallas en aparcabicicletas e incluso convocado botellones de agua. Todas sus peripecias quedan registradas en su sitio web recetasurbanas.net, donde el Doctor Cirugeda ofrece tratamientos a domicilio para que cualquiera pueda curarse de la epidemia hipotecaria.
Su radical propuesta tiene acérrimos seguidores que le encargan proyectos oficiales. Uno de ellos es el llamado Prótesis Institucional, la ampliación del Espai D'art Contemporani De Castelló (EACC). Unos anexos que parecen brotar el antiguo edificio, que, utilizando un lenguaje arquitectónico desapacible con materiales de deshecho (módulos de hormigonado), pretende invocar un debate sobre el espacio museístico y su responsabilidad urbanística.
A pesar de los encargos, no abandona la guerrilla y de hecho, su intención es la de formar un buen ejército. Imparte talleres donde enseña a construir viviendas montables tipo Ikea, a aprovechar resquicios legales para cambiar unas leyes que favorecen la especulación y sobre todo, a cambiar la perspectiva de los futuros arquitectos.
La vergüenza del gremio.
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Informativos de La Sexta, 1-6-2008



Pieza producida, redactada, editada y locutada por Juan José Santos. Emitida el 1 de junio de 2008 en los Informativos de La Sexta Noticias.
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