Alfonso Brezmes.- Pequeñas Pasiones

Galería Cámara Oscura, Madrid.

Cinco exposiciones individuales desde 1994. Lo que podría parecer un indicio de pereza es todo lo contrario. La complicación técnica de las impresiones digitales de Alfonso Brezmes (Madrid, 1966) implica tiempo y mucho esfuerzo. “Pequeñas pasiones”, su última serie, se compone de varias imágenes, siempre habitadas. Diminutas figuras humanas invaden paisajes urbanos o naturales componiendo situaciones imposibles, deudoras del realismo mágico.

La dificultad de la creación de estas instantáneas es máxima; en primer lugar, fotografía las personas que van a aparecer en las escenas. Las recorta y las traslada físicamente a los paisajes que van a servir de telón de fondo. Una vez situadas, fotografía el paisaje con la maqueta, y tras algún que otro retoque digital, las imprime.


Puede que esta aventura tan paciente dote a las imágenes de ese aire onírico, surrealista que impregna cada pieza, puede que sea simple sugestión. Lo cierto es que cada una de las fotografías, con su combinación realidad-fantasía parece contarnos una fábula distinta, una narración. Aquí nos enfrentamos al Brezmes literato (también es escritor), al cuentista que nos transporta a un universo en el que una joven juega al escondite en un bosque nevado, un grupo de nadadores se lanzan al agua desde una cremallera gigante o un viajero recorre una ciudad abandonada. Un conjunto de sombras baila sobre unos cables de alta tensión, y en otro acto un hombre se desespera sobre una pila de libros, “El mundo en la cabeza”. La inserción de episodios mitológicos, como el de Ulises, en la cotidianidad de un aclarado de vaqueros (en “La huída de Ulises”) es otra de las licencias de este tergiversador de la realidad.

El poder de evocación de los desvaríos de Alfonso Brezmes hace que el espectador predispuesto a dejar las prisas disfrute no sólo de una bella imagen, sino que le puede inspirar un relato único a raíz de lo visto. Con la total libertad de comenzar el relato por el inicio, la mitad o por el final, ese es el misterio de estos poemas visuales.

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