Jon Mikel Euba - Condensing Velázquez


Galería Soledad Lorenzo, Madrid
Hace tres años un artista encontraba el desamparo en la sala dedicada a Velázquez en el Prado. Los cuadros del maestro del siglo XVI estaban dispuestos de una manera totalmente distinta a como estaban originalmente concebidos.En lugar de situarse varios metros por encima de las cabezas de los espectadores, los retratos ecuestres de la realeza se mostraban casi a ras de suelo, con lo que las variaciones ejercidas en su día para disponerlas en su espacio original (tales como añadido de trozos de lienzo, deformaciones en el tamaño, etc…), el Salón de Reinos, quedaban al descubierto ante la obscena mirada del pueblo llano. El dispositivo destinado a representar el poder quedaba anulado en la angosta sala del Museo del Prado. Sin embargo, el artista en cuestión no quedó decepcionado por la descubierta humanidad de los nobles, sino que surgió en él la necesidad de descomponer, deconstruir, penetrar y traspasar los óleos de Velázquez.
El artista víctima de esta obsesión es Jon Mikel Euba (Bilbao, 1967), que desde aquel aciago día de 2004 hasta hoy no ha parado de darle vueltas al asunto. Tantas que al final ha acabado un tanto mareado.
El punto inicial es interesante. No es el primer artista contemporáneo que queda subyugado por la imaginería de Velázquez (Picasso, Dalí) pero si el primero que lo hace desde un punto de vista conceptual. Euba descompone las imágenes en cubos. Posteriormente estos prismas acabarán encima de los personajes de los cuadros originales, ocultando prácticamente toda la figura, o incluso, en un alarde de compresión, los cubos se independizan y acaban formando la obra de manera autónoma. Lo que vemos es un resumen (de ahí lo de condensing) de todas las ocurrencias que han ido surgiendo en estos años a raíz de aquella visita; desde performance con caballos incluidos, pases de diapositivas, etc…Lo que en principio parecería un ataque de un cubista feroz contra el genio barroco es una recopilación de las conclusiones obtenidas. Posiblemente las anteriores experimentaciones, tomadas como proyectos asilados, serían más interesantes, pero la compilación de todas ellas, aparte de la sobredosis intelectual que te tienes que inyectar para entender algo, es un aburrimiento absoluto. Salí de la galería como el pobre Velázquez, con mi cerebro condensing.

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